martes, 18 de febrero de 2014
jueves, 23 de enero de 2014
HÉRCULES, CASTILLO DE SANCTI-PETRI y EL PUNTO MÁGICO DEL ACANTILADO
Una tarde de sábado de agosto, Javi y los dos
Franciscos, tres amigos unidos por las ansias de conocimiento de la historia de
Cádiz en toda su extensión política, con mentalidades diferentes y gustos bien
diferenciados como demostraban las tres tazas de cafés que teníamos delante en
el bar La Laguna, un manchado, uno solo y un descafeinado, decidíamos donde ir
para aprovechar el calor que nos brindaba nuestro astro rey a las cuatro de la
tarde.
Después de barajar varios lugares nos decantamos por visitar Sancti-Petri, allí, donde el sol tuvo su protagonismo en épocas lejanas, como demuestra el sencillo monumento erigido sobre el acantilado, considerado punto mágico, situado frente al castillo de Sancti-Petri.
Ya en nuestro coche, nos abandonamos a la buena voluntad del ángel de la guarda de Javi, que era el que conducía, y digo esto, porque conectó ese artilugio electrónico que ahora llevan incorporados los vehículos modernos, que más que por vía satélite parece que las multinacionales hicieran un convenio de colaboración con el del más allá aprovechando la amplia cobertura de sus ángeles de la guarda, esos que velan por cada uno de los mortales. Se dice que los ángeles no tienen sexo, vale, pero lo que sí se puede asegurar es que todos tienen voz de mujer, “abandona la próxima redonda por la segunda salida” y si te equivocas, “retroceda si se puede y tome la siguiente salida” lo dicho, sintiéndonos seguros guiados por la amable voz femenina llegamos a nuestro destino.
Y allí nos esperaba el mítico Hércules, imponente como él mismo señalándonos con su brazo derecho el camino de vuelta, por si aquel lugar emblemático cargado de historia milenaria no fuera de nuestro interés.
Y como siempre digo, la historia que la cuenten los historiadores, y lean que casi todo está en los libros.
Después de barajar varios lugares nos decantamos por visitar Sancti-Petri, allí, donde el sol tuvo su protagonismo en épocas lejanas, como demuestra el sencillo monumento erigido sobre el acantilado, considerado punto mágico, situado frente al castillo de Sancti-Petri.
Ya en nuestro coche, nos abandonamos a la buena voluntad del ángel de la guarda de Javi, que era el que conducía, y digo esto, porque conectó ese artilugio electrónico que ahora llevan incorporados los vehículos modernos, que más que por vía satélite parece que las multinacionales hicieran un convenio de colaboración con el del más allá aprovechando la amplia cobertura de sus ángeles de la guarda, esos que velan por cada uno de los mortales. Se dice que los ángeles no tienen sexo, vale, pero lo que sí se puede asegurar es que todos tienen voz de mujer, “abandona la próxima redonda por la segunda salida” y si te equivocas, “retroceda si se puede y tome la siguiente salida” lo dicho, sintiéndonos seguros guiados por la amable voz femenina llegamos a nuestro destino.
Y allí nos esperaba el mítico Hércules, imponente como él mismo señalándonos con su brazo derecho el camino de vuelta, por si aquel lugar emblemático cargado de historia milenaria no fuera de nuestro interés.
Y como siempre digo, la historia que la cuenten los historiadores, y lean que casi todo está en los libros.
jueves, 16 de enero de 2014
BAELO CLAUDIA
Días pasados, la fecha no importa, Francisco Rodríguez y el otro Francisco, el que escribe, acudimos a una cita concertada en la ciudad de Baelo Claudia, eso cae por Bolonia, y si digo cae no es por casualidad, pues casi todo lo que hay allí está por los suelos, no me refiero a barato, por fortuna aún no han llegado hasta allí los chinos. Nos esperaría un tal Marco Ulpio, andaluz de pura cepa aunque no llegó a saberlo, más conocido por todos como Trajano. La cita sería a las diez de la mañana, nos esperaría en el foro y así fue, nos recibió impertérrito en la cabecera de la nave central. Después de que el recibimiento nos pareciera un tanto frío, no nos saludó ni soltó palabra alguna, lo miré con atención y le susurre a mi compañero al oído. --No me parece que sea él, y hasta me atrevería asegurar que es un doble. Dimos unos pasos para atrás cuidando de no despertarlo de su mutismo y nos largamos con viento fresco. Para relajarnos un poco del frustrado recibimiento decidimos acudir a las termas que casualmente no distaban mucho del foro, pero la crisis hacía tiempo que había llegado a esa ciudad, la encontramos cerrada, o mejor dicho abierta y sin dueños, pero abierta del todo, sin puertas, sin techo, sin … Como el día, a medida que avanzaban las horas se presentaba caluroso, buscando un lugar sombrío pasamos junto a uno de los acueductos que abastecían a la población, pero de agua nada, nos tuvimos que conformar con la botellita de agua mineral que portaba mi amigo en la mochila. Continuamos vagando por la ciudad y no vimos alma viviente a excepción de dos lagartos tomando el sol tranquilamente, pero no era cosa de preguntar. El paisaje que rodea a Baelo Claudia es hermoso a rabiar, no la visites si no vas provisto de cámara fotográfica o similar, afortunadamente portábamos una y aquí adjuntamos lo que vimos. África está tan próxima que se podría tocar con los dedos si además vas equipado con unos prismáticos.
martes, 14 de enero de 2014
RUINAS ROMANAS DEL PUENTE MELCHOR (PUERTO REAL, CÁDIZ)
Los restos romanos encontrados casualmente en dicho enclave,
en el transcurso de las obras para el desdoblamiento de las vías del tren de alta
velocidad, fueron vistos y no vistos. Tan
breve fue su despertar en este siglo, que solo fueron visitados por uno pocos
de puertorrealeños, y éstos ya se pueden llamar privilegiados. A éstas ruinas apenas
les dieron tiempo para un bostezo …, y
menos aún para un breve guiño de su historia, que no es otra que la de nuestra
cercana y antigua aldea alfarera de Sacrana. Las ruinas que presento en las
siguientes fotografías, tomadas a muy pocos días de su descubrimiento, fueron
invitadas nuevamente al sueño en pro del progreso, ahora descansan bajo una gruesa manta de arena, roca
y acero. ¿Para cuándo un nuevo despertar?
En su memoria solo se me ocurre reproducir este breve y repetido epitafio de su
tiempo, SIT TIBI TERRA LEVI (Que la
tierra te sea leve)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)